¿Éxito de la reforma?
Andaba
de vacaciones por la nueva capital de España, Berlín, cuando conocimos los
datos de paro del mes de julio en Almería, que recogían el menor aumento del
paro en este mes de la serie histórica. Un mes que, además, ha sido tradicionalmente
el de mayor aumento del año. ¿Ese ligero crecimiento en sólo 88 personas ha
sido un éxito de la reforma laboral como ha dicho el diputado Rafael Hernando
o, entre otras cosas, un efecto colateral de la cita previa en las oficinas de
empleo como pienso yo?
Analicemos
las cifras. El descenso de afiliaciones a la Seguridad Social, es decir el
número de personas que tenían trabajo y lo perdieron fue en julio de 6.896
frente a los 5.572 del año pasado. En una economía tan cíclica como la
almeriense, donde la campaña agrícola es clave para entender el comportamiento
del paro en verano, este dato no tiene nada de extraño ni, aunque pudiera parecerlo,
de preocupante. El año pasado se perdió más empleo en junio y este año en julio,
pero en realidad la suma de ambos meses da cifras similares en ambos años. Por
su parte, los contratos han aumentado en comparación con julio de 2011, pero
mal puede considerarse un éxito de la reforma laboral, ya que, en teoría, esta
busca crear empleo estable y la contratación indefinida cayó un 4% en
comparación con el año anterior. ¿Es entonces un fracaso de la reforma laboral
que introdujo un nuevo contrato indefinido –en mi opinión lo peorcito de la
reforma- que la contratación indefinida esté en Almería al nivel de 1997?
Sin
embargo hay un hecho que, por nimio que parezca, tiene influencia en el dato de
paro. Con el sistema de cita previa, a partir del 20 de julio algunas oficinas
del SAE ya daban cita para hacerse la cartilla del paro en agosto. Esas
personas no se han contando, por tanto, entre los parados de julio.
Lo
cierto es, por tanto, que lo sucedido en julio no es un éxito ni un fracaso de
la reforma laboral y no puede serlo, porque el empleo es un indicador retrasado
de la recuperación, sólo cuando la economía comience a crecer y las empresas
tengan necesidad de producir sabremos si la reforma es un éxito o no. Será
entonces el momento de saber si se ha creado el modelo de mercado laboral que
necesitamos para que con pequeños crecimientos económicos se cree empleo y se
mantenga.
Lo
sucedido en julio se diferencia poco de lo ocurrido en otros años, salvo en un
dato, lógico pero preocupante. Hasta julio de 2011 el paro ha subido siempre
entre los parados que buscan su primer empleo. El año pasado bajó y este vuelve
a bajar. Que subiera era normal porque
es un mes en el que las posibilidades de
contratación en el sector turístico atraen a jóvenes que nunca han trabajado
antes, estudiantes, etc. y lo hacía en tal cantidad que el paro aumentaba.
Ahora, el desánimo, la evidencia de que no conseguirán un empleo, lleva a no
buscarlo, a lo que unimos una cada vez menos silenciosa emigración. En resumen que
el mercado laboral almeriense se sigue moviendo entre la estacionalidad y el
desánimo y que la única reforma cuyo éxito veremos bien pronto es la que
recorta la protección por desempleo. En octubre mismo podremos comparar los
datos con los del año anterior y nos pasmaremos.
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