viernes, 23 de mayo de 2014

EL DETERIORO INSOPORTABLE

Desde que mis hijos tienen perro y por tanto lo paseo yo, el círculo de mis conocidos se ha ampliado notablemente, al incluir a ese otro grupo de paseantes a los que antes ignoraba. Hace unos días uno, al que calculo algo más de 50 años, me dijo que esperaba no le pasara nada al perro porque no le podría opera, ya que hacía más de cuatro años que no trabajaba y estaba agotando la ayuda, esa forma tradicional de llamar al subsidio pero que lo describe mejor. Cuatro años sin empleo, y añadió: después de haber trabajado treinta. Pues esa es la realidad, que pasa el tiempo y las ciudades se llenan de paseantes que llevan cada vez más tiempo desconectados del mundo del trabajo salvo cada tres meses cuando renuevan, por internet, su demanda de empleo, o cada seis cuando acuden a prorrogar la ayuda, si es que queda.

Desde que generosamente me invitaron a escribir aquí, me había propuesto analizar cada tres meses lo que es la principal y más dolorosa característica de la crisis en Almería, la duración del desempleo. Doloroso porque era un fenómeno totalmente desconocido en la provincia, incluso inesperado en su magnitud y que lejos de contenerse, acelera su crecimiento mes tras mes, sin que se aprecie mejoría alguna.

A principios de este mes, el think tank británico IPPR y la Fundación JP Morgan publicaban un informe sobre Empleos y Conocimientos en Europa 2014. En él se afirmaba como positivo que en Europa, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, el desempleo no es aún estructural sino cíclico, motivado por la crisis, debido a que no hay empleo para todos aquellos que lo están buscando y no, como sería el caso del paro estructural, que haya desempleo y puesto sin cubrir porque los parados no reúnen las habilidades que requieren esos puestos. Me da que esa es también la idea a la que se aferran nuestros gobernantes, fiando la solución del problema del paro a la recuperación económica. No hay más que ver la euforia con que se dice que esta Semana santa se celebraran 350.000 contratos.  A tiempo parcial y de cuatro días, y con eso y dos medidas hechas con desgana tipo la tarifa plana, y se le nota la desgana en lo mal diseñada, ya hemos acabado.

Pero España si tiene un problema de paro estructural, lo ha tenido siempre, porque cuando mejor estábamos, allá por 2006, teníamos más paro que media Europa ahora. En el caso de Almería no estoy tan seguro, ya que efectivamente su paro se debió durante mucho tiempo al aumento de las personas que se incorporaban al mercado de trabajo no a la falta de oportunidades. Pero todo eso ha cambiado, y de nada sirve parecer abuelos hablando de los felices tiempos. En Almería a mediados de 2007, más de la mitad de los parados inscritos llevaban menos de tres meses sin empleo, y sólo el 12%, más de un año. Hoy, ya hay uno de cada cuatro desempleados que llevan al menos dos años sin trabajo, y si les sumamos los que llevan al menos uno, se acercan al 45%. Estas cifras ya nos hablan de un mal que no tiene cura    


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