PARO
XXL
La sobredosis de
informaciones sobre el paro, hace que algunos datos pasen desapercibidos, y de
ellos hay uno que, especialmente en Almería, tiene importancia. No sólo porque
demuestra por lo que hemos pasado, sino, sobre todo, nos indica que el camino
será largo. Ese dato es el del tiempo en desempleo.
Hemos pasado un
verano que no ha tenido malos datos de paro en nuestra provincia y, paradójicamente,
quizás eso sea lo malo. En los viejos tiempos precrisis, Almería registraba en
verano un incremento del desempleo que nos hacía abrir los telediarios. A la interrupción
del trabajo en los almacenes se sumaban las vacaciones en Construcción, la
incorporación de jóvenes al mercado laboral y la llegada de mano de obra
extranjera, que no se compensaba del todo con las contrataciones turísticas.
Luego, al llegar el último trimestre, el empleo crecía y, por poner un ejemplo,
en octubre se llegaban a firmar más de 35.000 contratos de trabajo. Temporales,
es cierto, porque la contratación indefinida nunca ha sido muy popular en
nuestro mercado laboral, a pesar de las
más de 53 veces que se ha reformado el Estatuto de los Trabajadores, con el
objetivo, más bien deseo, de fomentar el empleo indefinido. Y así fueron las
cosas durante quince años.
Eso ya ha cambiado.
La Construcción está en vacaciones perpetúas, los flujos migratorios toman la
dirección opuesta y muchos jóvenes no buscan empleo porque sus esperanzas de
encontrarlo son escasas. Así, el trabajo en Hostelería y el alargamiento de la
campaña agrícola ha servido para dulcificar las cifras del verano.
Pero, bajo la
superficie, está lo preocupante, el dato al que me refería antes. La
composición del paro registrado en Almería según tiempo en esa situación ha
dado un vuelco. En agosto y por primera vez desde que existe el registro del
paro (nótese la seriedad que le he dado a la frase) las personas que llevan más
de dos años apuntadas al paro se han convertido en el grupo más importante, el
19,42% del total. Así que no son parados de larga duración, lo son de
larguísima. Tradicionalmente era un porcentaje que en nuestra provincia no
superaba el 7%, es decir 13 puntos menos. Si sumamos los otros parados de larga
duración, los que llevan entre uno y dos años, llegamos al 38,30%. Es decir,
justo lo contrario de lo que hemos visto durante quince años. Antes la mayoría
eran los que llevaban poco en paro, ahora lo son que llevan muchos. Los mismos
porcentajes, pero invertidos. Cuanto más tiempo en paro más dificultad para
volver al empleo y, en ese marco, no tiene ni justificación ni lógica recortar
las políticas activas de empleo.
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