PLAN DE EMPLEO 2013
Termina un año
difícil para Almería, algo a lo que parecemos ya resignados. Sin embargo, no
quiero caer, en el último artículo del año, en el error del pesimismo, así que
recordaré la máxima de Pigou: "El error del optimismo muere en la crisis,
pero al morir hace nace otro error más grande, el del pesimismo”. Y por eso, por contagiarme del espíritu
optimista de estas fechas hay que acoger con agrado la idea del grupo municipal
socialista de un plan de empleo para la capital.
Lo primero que
habría que preguntarse, claro, es si nuestra ciudad necesita un plan de empleo
y después si es posible encontrar el grado de consenso que lleve a elaborar
uno. A lo primero creo que sí, que Almería capital necesita algo específico,
llamémosle plan de empleo, acuerdo, programa de actuación lo que se quiera,
pero que una voluntades en un proyecto común para dotar a nuestra ciudad
actuaciones dirigidas en el corto, medio y largo plazo a enfrentar el problema
del desempleo y de la falta de oportunidades.
Los datos que
apoyan esa necesidad son muy claros. En una provincia golpeada por unas cifras
de paro que nunca creímos que llegaríamos a ver, uno de cada tres parados
reside en la capital. Pero, además, estos parados tienen características
propias que reclamarían actuaciones específicas. Así, mientras que a nivel
provincial el número de hombres desempleados supera al de mujeres, en la
capital es al revés y, por otra parte, el paro femenino ha crecido un 14% en un
año, de la mano de la caída del empleo en el sector servicios, el comercio, las
actividades inmobiliarias. Otro dato: el 43% de los parados que no han
trabajado nunca viven en Almería, donde reside también el 34% de los jóvenes
sin trabajo.
Así afrontamos
2013, con un desempleo caracterizado por afectar a jóvenes, mujeres, personas
que no consiguen su primer empleo, extenderse en el tiempo y con un sector
servicios convertido en fábrica de parados a tiempo completo. Sólo con eso
haría urgente algún tipo de acuerdo entre fuerzas políticas, agentes sociales,
organizaciones, Universidad, para orientar las actuaciones, muchas o pocas
hacia ese objetivo común. Y así nos planteamos la segunda cuestión, y la
respuesta no puede ser muy optimista, cuando unos y otros utilizan el empleo y
el paro como una forma de darse en la cabeza. Para unos es responsabilidad de
la Junta, para otros del Gobierno central, todos encuentran un culpable y pocos
parecen tener la humildad necesaria para sentar a dialogar y ver en qué medida
se puede responder, desde el ámbito local a la principal preocupación de los
almerienses.
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