Durante los años de la abundancia, la sociedad civil fue perdiendo fuerza y languidecía. Las cuestiones públicas se consideraron como algo que, de forma natural, pertenecía en exclusiva al ámbito de los partidos políticos. También es cierto que la Constitución no deja mucho espacio para la democracia directa, los referéndum son consultivos y parecen reservados a asuntos tan graves que no hay más de uno o dos por generación. La iniciativa legislativa popular es difícil de lanzar y facilísima de ningunear como están comprobando los impulsores de la plataforma antidesahucios.
Ahora, la crisis brinda una oportunidad para esa sociedad civil, cuando colectivo tras colectivo ven que sus proyectos de vida se sacrifican en el altar de la reducción del déficit. Pues bien, esa sociedad civil que sale de su letargo se organiza e internet se ha convertido en el lugar donde florecen plataformas solidarias. Tiene su lógica, las ONG y los comedores sociales están desbordados, y además puede resultar una solución demasiado violenta para ciudadanos que hasta hace no mucho pensaban que esas serían puertas a las que nunca tendrían que tocar.
Para comprobar su éxito invito a navegar por alguna de ellas. La primera, claro, aquella en la que colaboro como voluntario, acabarconlacrisis.com. Es una web que mezcla peticiones de lo más variopintas desde ropa a compartir un viaje o clases de yoga, con consejos para frenar un desahucio o afrontar un despido. Y es también un espacio que da respuesta, como el resto de iniciativas parecidas, a personas que desean colaborar con los demás y se preguntan como.
Hay otras iniciativas de éxito en la red como Teaming, una iniciativa solidaria que que ayuda a los demás mediante microdonaciones de 1 euro o miaportacion.org, un proyecto que pretende comunicar y cubrir las pequeñas necesidades de personas en situación desfavorable a través de entidades sociales. Las necesidades pueden ser económicas, materiales y de voluntariado y se cubren por personas que buscan ayudar a otras de una forma muy concreta.
Vivimos tiempos difíciles, las noticias se llenan con cifras de corrupción, de desempleo o de desesperanza. Ante ellas hay cada vez más personas dispuestas a implicarse, ayudar, o pedir ayuda, que no es nada fácil. Las campañas de los bancos de alimentos son un éxito, lo son change.org cuyas campañas acumulan triunfo tras triunfo, y los son estas web solidarias, discretas y eficaces. Como dice el impulsor de acabarconlacrisis, Ansel Cambra, lo importante es no dejarse arrastrar por el pesimismo: se pueden hacer muchas cosas para estar mejor.
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