miércoles, 5 de diciembre de 2012

Realidades Paralelas. Diario de Almería 03.12.12


REALIDADES PARALELAS

Hubo una época en la que ibas a la peluquería y te hablaban de y solo de fútbol. No importaba que no supieras mucho del tema, saber de fútbol en la peluquería era como el valor en la mili, se suponía. Pero ahora no, ahora escuchas un cúmulo de desgracias y malos presagios, que te hace salir de allí para arrojarte en el bar de enfrente, pedir algo fuerte con objeto de reactivar el consumo y, para espanto del camarero, echarte a llorar.

Pero, mientras el peluquero explicaba que no cierra el negocio porque no tiene dinero ni para eso tenía la sensación de que la verdadera brecha que se está abriendo es entre la sociedad civil y su clase política, incapaz de dar una respuesta a la preocupación. Que, para no tener que responder, nos ofrecían una sobredosis de actualidad catalana y ahora, desde el campo socialista un video, en el que te piden perdón de la mejor forma en que se puede pedir perdón y quedar como un señor: dos años después, para de paso poner una chinita al dirigente actual y sin que comprometa a nada. Te pido perdón por haberte bajado el sueldo. Gracias, pero después de esa bajada he tenido varias congelaciones y he perdido la paga extraordinaria así que ya ni me acuerdo de aquello.

Lo chocante es que a esa petición y utilizando el plural no la primera persona del singular se unen quienes en aquel momento votaron a favor y criticaron a los que votaron en contra, o que fueron artífices de esas decisiones y al comienzo de la crisis nos ofrecieron perlas como esta: “los que más sufren la crisis son los ricos”. Otra variante de la ceremonia del perdón en cabeza ajena es la de los dirigentes socialistas que se disculpan por el cambio de la constitución en agosto. Vale, y esto lo dice alguien que en aquel momento firmó la petición de que se sometiera a referéndum, no se perdieron las elecciones por el cambio de la constitución, se perdieron por el paro. El que existía y, sobre todo, el que se temía que pudiera existir, porque nada te anima tanto a cambiar de voto o no votar como el temor de que aún puedes ir a peor. El cambio de la constitución para alguien que ha dejado de pagar la cuota de autónomos y así poder comprar el pan no le llevó a una reflexión en la que se dijo a sí mismo: creo que la modificación del párrafo segundo, del punto primero de ese artículo me impide votar socialista. No, fue el paro de sus hijos y su sensación de falta de futuro. Lo que los dirigentes socialistas tienen que ofrecer son soluciones a los problemas de la gente, solidaridad y sentido de la justicia, y menos evadirse mirando hacia un pasado cada vez más lejano.




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