Sin subsidio
Mucho
ha cambiado nuestra provincia en los últimos cinco años y no para bien. No es necesario repetir el cúmulo de
desgracias laborales que se han ido acumulando hasta convertirnos en una de las
provincias españolas con mayor tasa de desempleo, pero si es bueno fijarnos en
los cambios que la magnitud de este y su persistencia están trayendo. Cambios
que afectan a la protección lo que, sin duda, influye en los hábitos de consumo
y hace aún más lenta la recuperación.
Este
pasado octubre hemos llegado a un punto en la distribución del paro registrado
según tiempo en esa situación que si nos lo dicen hace unos años lo hubiéramos
rechazado por imposible. Fue casi un dogma el hecho de que en Almería la gente
estaba poco tiempo en paro. Durante 25 años un tercio de los parados encontraba
empleo en los tres primeros meses. La parte mala era la rotación en el empleo, elevadísima,
con un porcentaje de contratación indefinida que hasta 2006 no llegaba al 4%
del total mensual, y derivado de todo ello el gasto en protección por desempleo
fue siempre muy alto, con una protección por desempleo que alcanzaba al 98% de
los parados.
Pues
bien, en octubre de este año, por primera vez, el grupo de parados más numeroso
es el de los que llevan al menos dos años sin empleo, que son ya el 20% del
total, muy lejos del 7,4% que eran en octubre de 2008. Habrá mucho que
analizar, en los próximos meses y años, sobre el cambio social que el paro de
larga duración, hasta ahora desconocido, representará en la provincia. Paralelamente,
esos desempleados empezaron a agotar las prestaciones, y fueron pasando a los
subsidios o a nada. La protección por desempleo llega ahora al 68% de los
parados, y se reduce a un ritmo tal que en un año ha bajado un 6%. Al mismo
tiempo, ya sólo el 40% de los parados cobran prestación, el resto recibe 426€.
No es extraño por tanto que la factura del desempleo se haya reducido un 14% en
un año y ello a pesar de tener casi 7.000 parados más.
Una
nueva vuelta de tuerca se dio a mediados en julio con el decreto de reforma de
las prestaciones que afecta a los subsidios más precarios. Al endurecerse los
requisitos para acceder a la renta activa de inserción, aquella que cobraban
los que no podían percibir nada más, sus
beneficiarios se han reducido en 500 en tres meses. Se trataba de una
protección que había crecido mes tras mes desde que se inició la crisis y si en
enero de 2007 la cobraban apenas 700 personas, en junio de este año eran más de
6.000. Que en 5 años los perceptores de la RAI hubiesen crecido un 697% nos
deja bien clara la gravedad de la crisis.
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