El pasado domingo, leí en este medio un
artículo de Pedro Ingelmo titulado Formación, 20 años de un agujero negro, que
comenzaba recordando algo que ya había olvidado. A saber, que en la crisis del
92, Ayuntamientos y Diputaciones contrataban consultorías para que les dijeran
qué nos pasaba, y que invariablemente decían que necesitábamos formación. Lo
que sucedió entonces lo hemos olvidado muy pronto, demostrando que poco
aprendimos de aquella crisis y aventurando que lo mismo aprenderemos de esta.
En el 92 se pagaba con fondos públicos
consultoras que nos decía que para luchar contra el paro se necesitaba
formación, algo que no ya un profesor, cualquier funcionario que trabajase diez
minutos en el ministerio de empleo podría haber dicho, pero gratis y lo que no
tiene precio no tiene valor. Como no hemos escarmentado, en ese continuo
desprecio hacia lo público con la excusa de que la gestión privada es más
eficaz, lo que lleva a destinar el dinero de todos a generar beneficios a algunos,
era mejor una consultoría. Hoy, casi 25 años después, se siguen contratando
consultorías. Ahora para que nos digan que hacer, por ejemplo, para combatir el
fraude. Todo lo que he dicho sobre las del 92 puede decirse aquí. En Almería,
en aquellos felices años que inauguraron el despilfarro y con fondos estatales
se pagaron algunos a una consultoría. Unos informes que no creo leyera ni el
autor y duermen, criando ácaros, en algunos archivos. Tras leer el artículo de Pedro
Ingelmo he ido a buscar y sí, la solución que recomendaban era formación.
Si buscamos algún otro ejemplo de
similitudes con la crisis anterior, es la invocación del autoempleo y el
emprendimiento, cuan pasó de Semana Santa. Entonces y ahora, se presenta como
solución al paro, e indirectamente una forma de decir que la culpa del
desempleo es de quien lo padece. “El autoempleo está siendo objeto
recientemente de especial atención dentro del análisis laboral debido a su
intensa relación con los procesos de creación de empleo” Una frase muy actual,
pero de hace veinte años. ¿Sirvió la formación y el autoempleo entonces? En parte
fue un desastre pero también creó empleos y empresas que han perdurado. Pienso,
por tanto, que las irregularidades de la formación deben investigarse y
resolverse, pero no deberían ser la excusa para acabar con las políticas
activas de empleo
Por desgracia la diferencia con la
crisis anterior, es que entonces, en Almería, se tardaron trece meses en
recuperar el nivel de ocupación anterior a la crisis, y ahora tenemos 48.000
ocupados menos que a finales de 2008,
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