domingo, 27 de noviembre de 2016

PROTECCIONISMO. DIARIO DE ALMERIA

Proteccionismo

Los beneficios de las grandes cadenas de ropa no se logran con salarios y condiciones laborales europeas
 
Los siete ángeles de las siete trompetas se prepararon para tocar. Así profetiza el fin del mundo el Libro del Apocalipsis, y apenas difiere de las reacciones tras la victoria de Trump. Podemos dar lecciones de democracia y economía al resto del mundo, aunque sea desde una tasa de paro del 19%. La precariedad y la desigualdad económica caracterizan el presente y futuro de nuestra vida laboral. Pero, cosmopolitas como somos, alertamos del peligro del proteccionismo de ese triunfo.
Les contaré algo. Mi cuñado es empresario y compraba rollos de alambre que necesita para su actividad a una empresa vecina. Mandó a China muestras e instrucciones sobre cómo lo quería y que le llegue desde allí le es más barato que comprarlo a su vecino. Le va mejor y como no fue el único, esa empresa demasiado grande y especializada para adaptarse, cerró. Trescientos parados. ¿Cómo podía ser más barato traerlo de allí que comprarlo aquí al lado? Habrán adivinado que la causa son sus bajos salarios y normas de protección laboral más laxas.
La respuesta a lo que he contado, nos la sabemos, por repetida: es imposible competir en precios, pues los productos de esos países siempre serán más baratos. Debemos competir en calidad e innovación. Muy cierto. Pero les cuento el final de la historia. Mi cuñado, el empresario, acude a congresos en Alemania. De allí salen las máquinas que se envían a China para fabricar ese alambre. Le explicaron que al principio compran toda la máquina, después solo recambios, después nada. Tienen miles de graduados y estudiantes preparados para replicarlas.
La globalización tiene una de sus patas en el dumping social. Los grandes beneficios de las cadenas de ropa no se consiguen con salarios y condiciones laborales europeas, sino fabricando en el sudeste asiatico. Esas importaciones manipuladas dañan la balanza comercial y a las empresas, repercuten en el alto desempleo y en la pérdida de derechos de los trabajadores. ¿Cuál es nuestro futuro? ¿Llevar chinos de excursión por los tablados de Madrid? Dices esto y ya eres un populista que desprecia el sistema democrático. Pero miren a nuestro alrededor, de USA a Finlandia, del Brexit al futuro presidente de Austria. Al populismo no lo frenarán el clasismo elitista ni el desprecio a los votantes motejados de medio idiotas. Lo hará revisar esos tratados, restableciendo el equilibrio, la justicia social

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