EL PARO ALMERIENSE EN EL TERCER TRIMESTRE
No es necesario polemizar sobre que estadística es más fiable, se basan en métodos distintos, pero todas apuntan a lo mismo: nuestro nivel de paro es elevadísimo, para la EPA 126.800, para el INEM 75.150. La buena noticia es que a partir de aquí comienza a bajar ya que el carácter cíclico de la economía almeriense hace del tercer trimestre del año el momento en que el paro llega a su máximo nivel. En los próximos días tendremos ocasión de comprobarlo con los datos de paro registrado en octubre. Tras esa rotunda cifra y alguna peor, como que 60.000 personas lleven al menos un año paradas, hay datos que apuntan a que la destrucción de empleo en Almería parece haber terminado y comienza a crearse nuevo empleo. La EPA recoge 3.300 ocupados más, aunque insuficientes para absorber un crecimiento de la población activa de 6.700. Tras una primera mitad del año en que el desánimo llevó a abandonar la búsqueda de empleo o a la emigración, la mejoría de turismo y hostelería ha reactivado la esperanza de encontrarlo, y aunque sólo la mitad lo ha logrado y por tanto el paro ha subido, el dato es bueno.
Otra buena noticia: el paro femenino vuelve a bajar, lo hace en 900 mujeres. Se confirma, así, una tendencia que se puso de manifiesto desde que en 2008 empezó con fuerza el ajuste por la crisis. Cuando la construcción y la industria destruían masivamente ocupación masculina y disparaba la tasa de paro del cabeza de familia, las mujeres hasta entonces inactivas se apresuran a buscar una alternativa de renta regular. Eso ha salvado la economía de muchos hogares almerienses, aunque con inferiores sueldos y por tanto menos capacidad de gasto y de ahí más contracción en el consumo y más destrucción de empleo. Esta será la única posibilidad de ingresos para muchos hogares mientras la Construcción no de señales de reactivación. Y esta es la parte mala: que no las da. Al finalizar 2007, el 24% de los trabajadores lo hacía en ese sector, hoy son menos del 7%
Y para acabar, una prudente previsión de futuro: en el cuarto trimestre bajará el paro, sobre todo en la agricultura, los trabajos hortofrutícolas y, entre las mujeres. Pero el problema principal se mantendrá: el paro no descenderá de forma continuada y significativa mientras no se reactive la Construcción y, además, parte de los trabajadores que trabajaron en ella pasen a emplearse en otras actividades. Para posibilitar ese trasvase son imprescindibles las políticas activas de empleo y la formación, de aquí la gravedad de la tentación de recortes en educación. El resultado monetario se cuantifica inmediatamente, pero sería pan para hoy y hambre para mañana, porque a medio y largo plazo convertirían al paro en el problema de esta y la siguiente generación.
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