Y CON PARO COMIENZA 2012
Cuando conocimos la EPA del último trimestre de 2011 ya
advertí que la tibieza de unos datos, a priori positivos, no pintaba un buen
2012 y eso parece. El aumento del paro registrado en enero ha sido el mayor de
la serie histórica. Podrá achacarse a la herencia recibida o pensarse que al
hada de la confianza, que iba a llegar el 20N, se le ha estropeado el GPS, pero
hay una certeza: 2.888 parados más, un 7% más que el año pasado.
Almería, laboralmente hablando, empieza mal 2012, por los
datos del paro, por un volumen de contratación que hay que retroceder 15 años
para verlo tan bajo y porque la protección por desempleo desciende con vértigo.
Hace un año el 82% de los parados estaba protegido. Hoy lo está el 68% y dos de
cada tres de esos beneficiarios percibe 426 €. Durante demasiado tiempo hubo
una España que parecía celebrar los datos negativos de paro. Confiemos en que
ahora no haya un intercambio de papeles, entre los que decían que el problema
era la crisis internacional y los que opinaban que todo era culpa del
Presidente del Gobierno.
Sorprende,
además, ver con que facilidad se acepta que el paro masivo es la “nueva
normalidad” y que frente a él sólo quepa reforma laboral y prejubilaciones, una
de cuyas formas más extendida es el subsidio para mayores de 52 años a 426 €
hasta la jubilación. Siempre he creído en la necesidad de una reforma que dote
de flexibilidad interna a las empresas y clarifique las causas del despido objetivo,
es decir, haga sencillo eso de “la razonabilidad de la decisión extintiva” con
que se quitó de en medio el problema la reforma de 2010. No obstante, no nos
engañemos. Rajoy, hablando de ella, y quizás sin pensar en que un día se le
podría aplicar a él mismo, dijo que ninguna reforma laboral crea, por si sola,
empleo. Cierto, así que no lo olvide ahora que va a hacer la suya, porque sin crecimiento,
es decir, sin la necesidad de tener trabajadores, ni la ley más perfecta
conseguirá que se contrate ninguno.
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