En
este proceso de reforma de las pensiones me llama la atención la habilidad para
que, centrados en el tema de la edad, pasemos por alto otra profunda reforma de
la jubilación. Una que tendrá consecuencias graves y duraderas en el largo
plazo, la reforma del subsidio por desempleo. Sin duda reducirá el gasto futuro
en pensiones pero a costa de abrir una brecha, una más entre quienes han
perdido su trabajo por la crisis y aquellos que lo han conservado.
Esos
cambios, y llevamos dos en diez meses, se centran en el subsidio por desempleo para
mayores que, hasta julio, era para mayores de 52 años y podía durar hasta la
edad ordinaria de jubilación; desde julio de 55 años pero sólo hasta que tengan
una edad en la que puedan jubilarse y desde la semana pasada añade el requisito
de rentas familiares. Porque lo hace importante a este subsidio no es la cuantía
claro, que son 426 €, sino que es el único en el que, mientras el desempleado
lo cobra, el antiguo INEM cotiza por él para la jubilación y así, aunque sea
por la base mínima, se van acumulando más años cotizados. Pongo unos ejemplos.
El
primero sería el de una persona nacida en junio de 1960 y que en junio de 2012,
con 52 años de edad y 20 cotizados, accedió a este subsidio. Si no encuentra
trabajo, lo percibe hasta los 67, y por tanto sumaría 15 años más cotizados. En
total 35. Incluso podría pagar algo a la Seguridad Social y tener una base más
alta. Así, apenas pierde pensión. Segundo ejemplo. Amigo del anterior nacido
dos meses después, en agosto 1960. En agosto de 2012 no tenía 55 años, no cobra
subsidio, no cotiza por jubilación y cuando pueda jubilarse, que tendría que
ser la jubilación forzosa a los 63, tendrá 20 años cotizados. Su pensión bajará
por la base de cotización, por la reducción por los años que le faltan hasta 35
cotizados y después por los que faltan hasta la edad de 67. Ultimo ejemplo. Persona
que con 55 años, y tras la reforma de julio, accedió al subsidio con 20 años
cotizados. Ahora tendrá que jubilarse en cuanto alcance una edad que se lo
permita, los 61. Son 6 años cotizados más, se jubila con 26 cotizados. Leamos
las reducciones de la pensión que decía antes, se le aplican todas. Si en este
mismo caso la solicitud se hiciera hoy y su cónyuge cobre 990 €, la situación
sería aún peor pues no cobraría y no tendría cotizado un solo día más.
Estos
no serían tan necesarios si se afrontará nuestro principal problema que no es
el envejecimiento, sino el paro. España tiene una reserva de 6 millones de
desempleados cuya vuelta a la actividad sería la mejor garantía para las
pensiones.
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