Cuando escuchas una cosa una sola
vez te puede parecer una anécdota. Cuando se repite y como si fuera lo más
normal del mundo ya es distinto. Me refiero a esta frase textual: mi jefe me ha
dicho que vamos a hacer un ERTE pero que seguiré trabajando ocho horas sólo que
dos me las paga el INEM. Te lo cuentan así, sin rubor ni nada, y eso a pesar
del endurecimiento de la ley que ocurrió el primer sábado de agosto. Esta es
otra de las curiosidades de nuestra legislación laboral y de protección por
desempleo, todo lo importante se aprueba en vacaciones y, últimamente, en
normas cuyo título no tiene nada que ver con el contenido ¿Podía alguien
pensar, por ejemplo, que envejecimiento activo quería decir endurecer y
dificultar las causas de acceso al subsidio para mayores de 55 años, sólo medio
año después de haberlo pasado de 52 a 55? En cierta manera sí, claro, nada te
mantiene más activo en la vejez que tener que hacer cola en los comedores
sociales.
Pero si luego preguntas porque
quiere hacer eso es jefe, lo de que dos horas las pague el INEM con el riesgo
que supone de que le acabe pillando la Inspección y le caiga una sanción
importante, te responden que es porque en la competencia, otro bar, otro
comercio, etc. a los trabajadores se les contrata a tiempo parcial y se les
tiene a jornada completa y más allá.
Así que ya sabemos por donde
transita la recuperación esa que se anuncia pero no se nota, pero según parece
se notará porque las exportaciones han crecido una décima y cosas así. Transita
por el empobrecimiento, para que nosotros, siempre tan modernos para algunas
cosas, copiemos a los americanos y tengamos, o seamos, pobres con empleo. Leí
un informe que decía que en Nueva York dos de cada tres personas que dormían en
albergues tenían trabajo, y vamos que no tardaremos en ver a conciudadanos
durmiendo en los bancos de la Rambla y despertándose pronto para ir a trabajar.
Es decir, que el fraude lo comete
el que puede y que hay cambios legislativos como la reforma laboral, que no
dudo que sean bienintencionados pero que puede si no se temporalizan o se
adoptan otras medidas complementarias llevar a abusos, que siempre pagan los
más débiles. Porque no hay duda alguna que si una persona trabaja y parte del
salario se lo paga el INEM está consumiendo prestación que quizás luego pueda
necesitar y además está cobrando menos, además del coste para el Estado que al
final lleva a más recortes. Lo triste es que se preste menos atención a estos
fraudes que a cifras irreales como aquella de los 500.000 parados que
trabajaban y cobraban a la vez.
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