Una ola de optimismo,
curiosamente filtrada un día antes, se extiende por España con los datos de
paro registrado en diciembre. Bien, eso está bien, el país necesita confianza que
anima el consumo y a tomar decisiones de gasto a largo plazo. Pero en nuestra
provincia los datos facilitados por el ministerio de empleo no participan de
esa euforia. Son buenos, pero con la excepción de diciembre de 2008 y 2009, son
los peores de los últimos diez años. Y es mejor no fijarse en los datos de
protección por desempleo, que corresponde a noviembre, porque son los peores
que hemos tenido nunca y cada mes que pasa se agrava.
Estos datos de Almería invitan a
un optimismo prudente y a la reflexión. Un optimismo prudente que nos lleva a
pensar que estamos cambiando de ciclo. Las señales son que hoy Almería cuenta
con más cotizantes a la Seguridad Social que hace un año, 4.765 más, que esa diferencia con el año pasado es mayor que
la que registrada en noviembre respecto al mismo mes del año anterior, aunque
sea en 20 cotizantes más. Otra
indicación de que mejoramos, aunque debe ser tomada con más prudencia aún, es
que por cuarto mes consecutivo hay menos parados que en el mismo mes del año
pasado.
Pero la reflexión viene dada
porque, efectivamente, hay menos parados que en diciembre de 2012, un 4,25%
menos, pero en octubre esa diferencia interanual fue de un 4,4 % menos y en
noviembre de un 6% menos. Además, con la excepción del período 2007 a 2009,
este diciembre es el que recoge el menor descenso del paro en quince años en la
provincia. Así que la realidad nos dice, una vez más, que nuestra economía es
cíclica, marcada por los trabajos de la agricultura y los almacenes
hortofrutícolas, que emplean mucha mano de obra no cualificada, y por tanto
cuando interrumpen su actividad sube el paro y cuando la reanudan baja. Esto es
aún más visible aún en el caso del empleo femenino. Los datos de contratación siguen también
esta línea general, casi calcados de diciembre de los dos últimos años, y menos
que en los anteriores y la contratación indefinida sigue ausente.
Por tanto, con la Construcción
que aunque da alguna señal de recuperación, no parece destinado a convertirse
nuevamente en el motor del empleo provincial, con el comercio y el turismo que
no va a absorber el excedente de mano de obra que dejó la caída de la
Construcción y el manipulado que emplea sobre todo mujeres y es muy cíclico,
sin que realmente aumente mucho el número de empleos de un año a otro,
diciembre nos dice que, aunque las cosas irán mejorando, nos queda paro alto
para rato.
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