viernes, 23 de mayo de 2014

HEMOS SOBREVIVIDO

Así es, 2013 está a punto de finalizar y nosotros estamos aquí para verlo. Y cuando un año termina, siempre confiamos, a veces ciegamente, en que el próximo será un nuevo comienzo, y las cosas irán mejor. ¿Por qué no?
Cuando la semana que viene conozcamos los datos de paro registrado se cumplirá lo que vaticinábamos para Almería hace justo un año, menos parados que al iniciarse 2013, quizás unos 7.000 menos, un 7% de descenso. Y cuando a finales de enero conozcamos los datos de la Encuesta de Población activa la cifra total de parados también será inferior a la de 2012, puede que unos 125.000. Recordemos que cuando había cerca de 100.000 un candidato a presidir la Junta convocó una manifestación. La de ellas que hubiera podido hacer estos dos años.
 La tasa de paro de 2013 no diferirá, sin embargo, de la de 2012, alrededor del 36%, y eso nos dice que el descenso del paro no se debe a la recuperación económica, aún iniciándose. La clave está en el descenso de la población activa. No hay trabajo, la gente se va o deja de buscar. Menos personas buscando, menos paro. Quizás sea una fase necesaria, yo ya no me atrevo a opinar, incluso es posible que no sea necesario llegar a un crecimiento del 2% que se dice como si fuera un mantra, para crear empleo. Las plantillas están tan ajustadas que un pequeño aumento en la demanda requeriría nuevos empleados.
Este es pues el bagaje con que entramos en 2014. Un año en el que confío en que se cree empleo neto y no confío nada en que ese empleo sea estable,  aunque lograrlo fue una de las justificaciones de todas las reformas laborales. Es un objetivo que parece definitivamente abandonado por el Gobierno tras introducir más tipos de contratos temporales disfrazados de empleo joven y fracasar el contrato indefinido de emprendedores, ya que el 80% de ellos no superan los doce meses que permite despedir sin indemnización. Como en el cuento de la zorra y las uvas, al no conseguir acabar con el que fue el gran mal de mercado laboral español, la temporalidad sin causa, se nos dice la falacia de que más vale un empleo absolutamente precario que ninguno. Y para que sea de verdad precario, dan una nueva vuelta de tuerca a ese fracaso, y se va a permitir que el irónicamente llamado contrato indefinido de emprendedores se pueda hacer también a tiempo parcial. Ya lo estoy viendo, contratos de mozo de almacén de dos horas de duración teóricas al día, con doce meses de prueba y la posibilidad de hacer horas extras, por si nos pilla la Inspección. Seguro que se podrían hacer mejor las cosas, pero no se quiere. Feliz 2014.


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