viernes, 25 de mayo de 2012

Burocracia Municipal Diario de Almería 21 de mayo de 2012

BUROCRACIA MUNICIPAL

Tiene muy mala fama la burocracia y sin embargo, cierta burocracia, no la veo mal. Es esa que sirve para dar seguridad, con sus procedimientos, sus garantías, su rutina que te ofrece la confianza de lo ya visto.  Pero, una cierta burocracia, no lo del Ayuntamiento de Almería, donde el trámite más sencillo se convierte en una aventura. Soy residente en la zona de la ORA y con la experiencia acumulada, en diciembre me apresté a renovar la tarjeta de residente. Esa que te hace pagar por aparcar en la parte de tu calle pintada de verde y si no tienes sitio pagas, más, por aparcar en la parte pintada de azul. La aventura comienza recogiendo el listado de documentos que debes presentar, y empieza la gimkana.  Lógicamente es siempre en un horario de mañana y nada de tramites online, porque si las cosas se ponen fáciles no las aprecias igual.

En general consiste en recorte todas las dependencias municipales posibles trasladando papeles de una a otra. Un alma ilusa pensaría que con hacer una solicitud bastaba y el propio Ayuntamiento comprobaría todo porque tiene los datos. Pues no, empiezas recogiendo un certificado de empadronamiento. Esto es fácil. A continuación vas a otra dependencia municipal para ver si tienes multas. Tras tomar conciencia de que has perdido la mañana, comprueban que no tienes multas y empieza a sonar una impresora. Crees que es ruido liberador indica que has conseguido el papel y superado la prueba. Pues no, lo que sale es un impreso para que vayas a un banco a pagar 12€ y rapidito. Después vas a un registro municipal y rellenas una solicitud. Te dicen que en dos días podrás volver a la dependencia anterior y recoger el papel. ¿Te lo has creído? Peor para ti, vas, y te encuentras con que aún no les han enviado la solicitud, la vez siguiente está a la firma, y la siguiente se está firmando. Un mes después te lo hacen en el momento y se sube a la firma.  ¿Has acabado? Que va, ahora coges todo eso y te vas a otro registro municipal para solicitar que te incluyan en el listado de residentes, en el que ya estabas incluido. Lo mejor es que, además, tienes que hacer una declaración jurada diciendo que lo que presentas es cierto ¿pero cómo no va a ser cierto si te lo acaba de dar y cobrar el mismo Ayuntamiento al que se lo diriges? ¿Has terminado? No, tampoco. Ahora toca esperar y llamar de vez en cuando a ver si ya está. Se inicia entonces el último trámite, ir a otro sitio y pagar. Empecé en diciembre, terminé en marzo. La mejor manera de gobernar y gestionar es que no se note, que no moleste, y aquí parece que se trata de, justo, todo lo contrario, que gobernar es incordiar

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