lunes, 25 de junio de 2012

AUSTERIDAD INTELIGENTE 28 DE MAYO 2012 DIARIO DE ALMERIA


AUSTERIDAD INTELIGENTE

Hace pocos meses y, ante una posible huelga, un ministro británico aconsejó a sus compatriotas que guardaran bidones de gasolina en el garaje. Aparte del peligro de que hubiera ardido el país entero, lo que destaca es que el ministro parecía creer que todos los ingleses vivían en casas unifamiliares con garaje. Bueno, pues el modelo de político que desconoce la realidad del país donde gobierna ya está aquí y si no véase la respuesta del ministro al tema de las tasas: “Que la familia no tiene recursos para afrontar el pago de las tasas, evidentemente se pueden dar casos, pero no tener recursos pregunto una vez más ¿que quiere decir? Que no se quieren dedicar recursos a eso en detrimento a usar recursos a otras cosas”.

¿Conocen nuestros políticos la realidad del país? Vivimos días de perplejidad. Durante años hemos escuchado que la crisis ha expulsado del mercado de trabajo especialmente a las personas con menos educación y que no parece razonable confiar en que, durante los próximos años, el mercado de trabajo vaya a acomodar de nuevo a muchos trabajadores de baja cualificación. A fuerza de repetírnoslo hemos asumido que la recuperación no podrá venir del gasto interno. El consumo de las familias seguirá débil debido a la necesidad de ahorrar para reducir endeudamiento y al miedo frente al futuro. La inversión será mínima, tanto porque el consumo es débil como porque las empresas vienen de una fase de elevada inversión, ahora sin utilizar. Y del gasto del sector público ni hablar cuando el objetivo es reducir el déficit. En estas circunstancias, los impulsos hay que buscarlos principalmente en la demanda externa, es decir, en el aumento de los bienes y servicios producidos para su venta en los mercados globales (incluidas las ventas en el mercado interno que sustituyen importaciones). Todo ello son actividades donde la productividad no puede basarse en bajos costes laborales ni, por tanto, en bajos niveles de cualificación.

En resumen, para salir de la crisis se necesita, entre otras cosas, la creación de capital humano, impulsar la innovación y la educación. Y la sociedad en la que se tiene que hacer eso es, en el caso de Almería, una en la que la tasa de paro superará el 31% durante varios años, los ingresos de los hogares sufren continuas reducciones salariales y la protección por desempleo cae a un ritmo del 2% mensual. Y justo, cuando la austeridad es necesaria, pero la austeridad inteligente, se entra a recortar de cualquier manera y por las bravas. El aumento de las tasas y la reducción de las becas afectan a familias ya golpeadas por cinco años de crisis y no porque prefieran gastárselo esquiando en Gstaad. A los jóvenes que ahora no puedan acceder a la formación se les condena de por vida a una rueda de precariedad: trabajos mal pagados combinados con periodos de subsidio. Y a la sociedad española a convivir con elevadas tasas de paro estructural. No me puedo creer que no haya gastos en la Universidad que no puedan ser reducidos sin tocar las tasas. Miremos a la UAL, no hará falta un gran esfuerzo para encontrar donde recortar de verdad sin subir las tasas.

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