AHORRAR
EN COMIDA
El
día 30 se conoció que las ventas en el comercio minorista hasta el mes de abril
habían sufrido una caída de tal magnitud que hace que las previsiones de
ingresos vía impuestos valgan ya menos que el pendrive en el que se presentaron
al Congreso. Detrás de los datos hay personas, y aunque haya pasado
desapercibido hay uno realmente preocupante: el gasto en alimentación bajó un
4,3% en términos interanuales, el doble de lo que se redujo en aquel abril de
2009 cuando la crisis parecía tocar fondo y se anunciaba una fecha para la recuperación
que, como las previsiones del FMI, fue cambiando cada 15 días.
Que se
reduzca el gasto en alimentación es una señal, otra más, del empobrecimiento al
que asiste la clase media. Todavía en un
silencio vergonzante pero con un grado de creciente irritación que debería
hacer reflexionar a nuestra clase dirigente sobre este camino que parece llevar
desde la crisis económica a la crisis social, especialmente cuando al mismo
tiempo conocemos que, con dinero del contribuyente, si, de ese que tiene que
sustituir la ternera por el pollo, y este por las patatas, se pagan cenas en
Marbella, o se compra un coche oficial el alcalde de un municipio que no tiene
para pagar a sus funcionarios.
La
austeridad a tontas y a locas está secando el bolsillo de los ciudadanos y la
prolongación del horizonte en el que se anuncia la creación de empleo cierra aún
más las carteras. En las últimas semanas y conectado con la caída del consumo y
las escasas perspectivas en el mercado laboral vemos otro fenómeno. Los nacidos
a partir 1960 empiezan a cumplir 52 años. Bien, esto no es una gran revelación
y no espero conseguir el Pulitzer al
decirlo. Pero es el momento en que los que tenían 48 años en 2008, empiezan a
solicitar el subsidio para mayores de 52 años, los 426 € que llegan hasta la
jubilación, y son muchos, y lo hacen al día siguiente de cumplir esa edad. ¿Qué
significa? Significa que en 2008 fueron expulsados del mercado laboral miles de
almerienses que entonces tenían entre 45 y 48 años, que sus esperanzas de
encontrar empleo se fueron extinguiendo al ritmo de sus prestaciones, que han
ido cobrando prestaciones por desempleo, y subsidios por agotamiento de la
prestación, y para los que su regalo de cumpleaños ha consistido en poder
acceder a este subsidio, esos 426 € que lleguen hasta la jubilación con 65 o 67
años, depende. Se pasará entonces a cobrar unas pensiones de miseria ya que
todos estos años se cotiza por el salario mínimo. Son personas con hijos en
edad de estudiar ¿qué se le puede ofrecer a un hijo cuando cobras 426 € al mes?
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