La
semana pasada analizamos los datos de contratación desde la perspectiva
indefinidos versus temporales. Desoladores, porque aunque es cierto que en
Almería en verano disminuye la contratación indefinida, los datos de junio no hacían
sino confirmar lo que llevamos observando todo el año, que la contratación
temporal monopoliza los nuevos empleos y nos devuelve al nivel de 1997 como si desde
entonces no hubieran pasado al menos seis reformas laborales que se fijaron
como objetivo reducir la “segmentación del mercado laboral entre indefinidos y
temporales” considerado el gran mal del mercado laboral español y causante,
según una extendida opinión, de la alta destrucción de empleo en los momentos
de crisis y de la baja productividad y, por tanto, competitividad. Hay que
reconocer que en este punto la reforma laboral ha fracasado. No es culpa sólo de
la reforma laboral en sí, ya que en ello influye un plan de empleo joven,
incomprensible, que vuelve a hacer de la contratación temporal su eje central.
Pero
si ya es preocupante que poco más del 3% de los contratos que se registran en
nuestra provincia sean indefinidos, hay otro dato que ahonda aún más en la idea
de que la precariedad laboral parece ser la respuesta a la crisis. Es el dato
de contratación a tiempo parcial. Buscado o no, yo creo que sí, uno de los
efectos más claros de la reforma laboral es el aumento de los contratos a
tiempo parcial. Al menos nominalmente a tiempo parcial porque tenemos que
recordar que desde la reforma se permiten las horas extraordinarias. Lo que no
sería malo si no fuera por un dato que separa a España del resto de la Unión
Europea. Aquí el 61% de los trabajadores, que llega al 68% en el caso de los
hombres, reconocen trabajar así por no encontrar un empleo a tiempo completo.
Es decir unimos al paro el subempleo.
En
2012, el año de la reforma, el total de contratos bajó en Almería un 1%
respecto a 2011 y un 24% en comparación con el año anterior a la crisis. Y, sin
embargo, los contratos a tiempo parcial crecieron un 11% sobre 2011 y un 19%
sobre 2007, a
costa de la contratación a tiempo completo. Esta tendencia se ha intensificado
en 2013 y si el año pasado el 26% de los contratos registrados en Almería
fueron a tiempo parcial, este año superarán el 30%. La forma como se está contratando lo que no
hay que confundir con crear empleo, es, por tanto, es la peor posible. Lo que
se está haciendo es exportar el problema al futuro. Alta temporalidad, tiempo
parcial involuntario y bajos salarios ni mejoran la productividad ni aumentan
la confianza.
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