He
oído descalificar los datos de paro de junio en Almería porque al mismo tiempo
que baja el desempleo disminuyen las afiliaciones a la Seguridad Social. Simplificando,
que baja el paro y el empleo a la vez. De entrada los datos de afiliación a la
Seguridad Social son una media mensual, a diferencia de los de paro registrado
que son los del último día del mes. Es posible que personas que han finalizado
sus contratos la última semana de junio no aparezcan aún como desempleados no
sólo porque hay quince días para inscribirse
sino porque incluso puede que no lo hagan ya que ello está más vinculado
con el cobro de prestaciones que con la búsqueda de empleo.
Dicho
eso y sabiendo que en nuestra provincia la caída de afiliación en verano es
siempre muy superior al aumento o disminución del paro, conviene recordar que
hasta junio de 2011 el descenso del
empleo era más acusado porque el fin de la actividad en los almacenes no se
escalonaba tanto como ahora. En 2012 ya vimos un cambio y la afiliación a la
Seguridad Social bajó en una cifra similar a la de este año y, por primera vez,
bajo el paro aunque menos que ahora. La diferencia entre ambos años la explicaran
la disminución de la población activa por la emigración o el desánimo y las
colocaciones, que este año son superiores. Con todo, creo que estamos mejor que
hace un año. De hecho, ahora hay “tan sólo” un 1,18% más de paro que hace un
año, cuando en junio de 2012 era superior en un 12% al año anterior.
Sin embargo, para huir de falsas expectativas conviene
recordar que este ha sido el mes de junio con más paro de la historia de
Almería, superando en 6.500 a los del último junio de un gobierno socialista, el
de 2011. También que el empleo que se está creando desde la aprobación a
finales de febrero del decreto-ley pomposamente llamado de estímulo de la
creación de empleo es en un 97% temporal y de cortísima duración y que muchos
de los nuevos contratos indefinidos corresponden a la figura del contrato para
emprendedores de la reforma laboral con un período de prueba de un año, con lo
que no podemos saber cuántos superaran esa duración. En resumen, es bueno que
se hayan celebrado más contratos que hace un año pero su precariedad es
altísima, al ser temporales, muchos a tiempo parcial y con gran rotación. Esto
nos llevará nuevamente al círculo de continuas entradas y salidas del desempleo
o a compatibilizar trabajo parcial y cobro del paro. La consecuencia será un
incremento del gasto en protección por desempleo, de forma que la amenaza de
nuevos recortes en la protección nos aguarda.
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