viernes, 23 de mayo de 2014

EXPERIMENTOS CON EL EMPLEO

Un nuevo barullo en materia de empleo, a añadir al ya existente amenaza en el horizonte. El Presidente del Gobierno anunció el miércoles que su futura reforma fiscal incorporará incentivos a la contratación. Miedo me da. De entrada porque en su anuncio dijo que será en la línea de lo que ya han hecho, y todos hemos visto lo que han hecho. Después, pero no menos importante, porque toda esa reforma fiscal con incentivos incluidos estaría lista, oh casualidad, para las próximas elecciones, con la sospecha de que su contenido puede tener mucho de medidas propaganda.
Otro motivo de suspicacia es que se afirma que su característica será la sencillez. Si queremos tener un precedente de sencillez en la línea de lo ya hecho basta ver el resultado de la tan anunciada simplificación de contratos laborales. Se vendió como una reducción en el número de contratos, lo que era del todo punto imposible porque para ello es necesario reformar leyes, decretos, órdenes, y no simplemente diseñar un formulario. La consecuencia es que, efectivamente, los formularios han quedado reducidos a cuatro, cada uno de ellos con veintiuna hojas. Mientras, el Gobierno que prometió reducir el número de contratos, los aumenta, y a su afirmación de que la reforma laboral persigue reducir la temporalidad le sigue un fomento de la contratación temporal y a tiempo parcial que ha devuelto el contrato indefinido a tiempo completo a los niveles de 1997. Otro buen ejemplo, es el contrato de aprendizaje y formación, antes aprendizaje, antes formación. Para fomentar su utilización, un mes se introduce como va a ser la formación, dos meses después se deja sin efecto, y otro mes más tarde se permite que sea a tiempo parcial. ¿Cúal puede ser el salario de un joven, y ya vamos con que a estos efectos la juventud dura hasta los treinta años, contratado a tiempo parcial y en formación? Contento puede estar si no tiene que pagar.
Ahora, tras 30 años de constatado fracaso de las políticas de empleo basadas en beneficios fiscales, y lo sucedido con el contrato estrella de la reforma laboral es un buen ejemplo, inexequible al desaliento el Presidente anuncia una nueva ronda. Estas medidas sólo han servido para que quien ya tenía pensado contratar busque la persona que encaje en el perfil bonificable. De esta forma no se aumenta el empleo, se desplaza de un tipo de trabajador a otro. Si quieren sencillez y eficacia deberían reducir las cotizaciones sociales. Inicialmente bajaría la recaudación, pero no más que la continua bajada de sueldos, y se compensaría con el aumento de cotizantes.



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