El mercado laboral
almeriense sigue casi igual, y ese “casi” es la parte esperanzadora. El paro
lleva subiendo cada mes del primer trimestre, pero eso podemos verlo no sólo
como dentro de la normalidad en nuestra provincia, sino hasta bueno, pues es la
menor subida de los últimos tres años. Curioso, en el primer trimestre de cada
año del Gobierno Rajoy el desempleo ha crecido en Almería más que en el mismo del
último año del anterior Gobierno, una media de 4.500 personas, frente a las 1.500
de 2011. Unos dirán que entonces ayudó
las fechas de Semana Santa y otros dirán que ahora sube a pesar de que ya no
somos donde viene gente a trabajar sino de donde la gente se va para buscar
empleo.
Con todo hay motivos para el
optimismo y viene no de los datos del paro sino de los de Afiliación a la
Seguridad Social, conscientes, antes de que nadie lo diga, que son media
mensual de afiliados, que no es lo mismo que los existentes a final de mes,
pero vale para comparar. Comparando con el mes anterior, en marzo aumentó la
Afiliación, lo que no sucedía desde 2007. Pero, lo destacable y esperanzador, es que
quizás hemos dejado atrás el período de destrucción de empleo que se inició en
julio de 2008 y duró hasta noviembre de 2013 donde en cada uno
de esos meses hubo menos personas afiliadas a la Seguridad Social que en el
mismo mes del año anterior. Ahora llevamos cinco meses de creación de empleo.
Con todo, y manteniendo el
optimismo, no podemos olvidar que el número de afiliados es, a marzo de este año,
igual que el de marzo de 2005, e inferior en 26.500 empleos al de marzo de
2006. Muy diferente de la crisis anterior, la de 1992, en la que se tardó tan
sólo quince mese en recuperar el nivel de empleo anterior a la crisis. Aquí queda
un largo camino, y, a diferencia de 1992 desde la desprotección. El número de
personas cubiertas por desempleo cae mes tras mes y en febrero ya sólo cobraban
poco más de la mitad de los apuntados al paro. Una provincia que llegó a
niveles de cobertura del 98%, ve que con 40.000 parados más que hace seis años
tenemos el mismo número de personas cobrando prestación contributiva que
entonces, la que más paga, 14.500, porque el resto percibe, como mucho, 426€, no siendo infrecuente quien no
cobra 100 €. Si el objetivo es reducir la factura del paro, se está
consiguiendo. Hoy el gasto mensual es de 30 millones cuando hace tres años con
15.000 parados más superaba los 44. Un
éxito, aunque nos plantea un problema moral ¿reducir el gasto justifica dejar
desprotegidas a personas que no trabajan porque no hay trabajo?
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